Oración a Santa Rita de Casia
Santa Rita de Casia, abogada de los imposibles...
    ¡Oh gloriosa Santa Rita de Casia!
    Con el alma llena de confianza por los continuos favores que alcanzas del cielo, en bien de tus fieles devotos, vengo hoy a tu presencia, a rogarte que intercedas con tu Amado Esposo y Redentor del mundo, a fin de que oiga benigno lo que solicito de su gran poder e infinita misericordia. A ti, que recibiste en el transcurso de tu larga y santa vida, tantas y tan repetidas muestras de ser un alma privilegiada de su Amor, te atenderá bondadoso, si le ruegas por mí con ese ardiente fervor que siempre te animaba cuando te postrabas a orar a los pies del santo Crucifijo.
[Aquí se dice lo que se ha de pedir]

    Por tus grandes méritos de pronta obediencia al dictamen de tus queridos padres: de abnegada resignación antes las asperezas de tu esposo; de caritativa y heroica inmolación de tus pequeños y amados hijos; de aguda pena al ver las dificultades que tuviste para ingresar en la morada de tus anhelos, el claustro religioso; por los intensos dolores causados por la espina en tu frente; pide, Santa Gloriosa, me otorgue lo que por tu mediación con ansia vivísima desea mi alma. Si Él quiere puede concedérmelo, pues su mano divina es omnipotente en el cielo y en la tierra.

    Si fuera para mayor gloria del Altísimo y bien de mi alma, que vea presto escuchada y atendida la petición, cuyo buen resultado, a ruego tuyo, confío obtener del poder y bondad de su paternal corazón. Así sea.

    Santa Rita de Casia, abogada de los imposibles, ruega por tu devoto.

[Esta frase se repite tres veces]

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